Amar sin ser amado…

Todos los días pienso en ti, todos los días te imagino; busco tu rostro en mis recuerdos, dibujo tu mirada en mis pensamientos…

Todos los días pienso en ti, amargo mis mañanas con tu ausencia, gano esperanzas, vanas al fin y al cabo, al querer volverte a ver, no dejo de pensarte.

Eres más que un sentimiento, eres lo que me impulsa a vivir; eres más que un poema, más que versos en un papel, más que la luna, más que el sol, más que el universo, más que mi vida. Eres parte de mí.

Cuanto deseo tenerte a mi lado, darte mi corazón palpitante al ritmo del sereno verso que pronuncia tu mirada. Quiero darte cada gota de mí, cada sueño, cada suspiro.

Eres mi inspiración, mi deseo de vivir, mi musa; Oh bendito eres, retratas con cada risa lo que mi vida espera, sin quererlo me llevas a mundos propios de lo imposible...

Pero aquí estoy yo, ahogándome en el mar de la desolación, te amo, te amo, te amo, pero tú no lo sabes; aquí estoy yo, lanzándome del risco creado por tu indiferencia, no puedo dejarte de amar y me duele hacerlo, pero a la vez, como si se tratase de una maldito encantamiento, sedo ante el masoquista que creaste, disfruto con mi pesar, con cada lágrima que brotan mis ojos, con cada herida creada sin que estés consiente de hacerlo.

Eres mi salvación, eres mi maldición, eres mi salvador, eres mi verdugo… Eres a quien amo y ni siquiera sabes que así es…